abre-se uma caixa de espelhos
com a delicadeza de um elefante
com a paralisia de uma convulsão parturiente
os primeiros passos de masturbação
os primeiros calores da alquimia
que a morte afirma por carência absoluta
extinguir
o mundo fechado ao super homem
o susto inseparável quando se depara só
porque temos guerreiros dentro do peito
que há muito haviam encostado as armas
porque temos a fúria dos dias mais longos
e é a natureza ela mesma que dança
um tango manco pela agulha vermelha do sapato
apertas com braços curvos uma presença
holograma de instáveis forças
apertas nesse último momento a eternidade
flagrante no sopro perverso
como se fossemos um espírito errante sem tecto
noites de sonhos com facas e fugas e medos
havia roupa manchada figuras distorcidas
réplicas de partes de gente
e limiares de fronteiras como se pisassemos
as linhas de um cubo escorregadio
atirado à escuridão
atirado ou girando lentamente sobre seus pontos
o universo um amplo átrio de imaginário balnear
dentro de um sonho mas não dentro
no limiar, no limiar
uma espécie de sinistro enfermo
rebela-te rebela-te contra essas paredes de nenhures
recordas que nos bombeava no peito?
no equilíbrio das espécies de contradição
os fios que nos separam da devoção a um qualquer fim
cheguei morno à manhã que me trouxe de volta
com o sabor de uma hipoteca um roubo assalto
na língua a saliva seca da ruína
quando tudo perece em enigma
e no mais exótico dos compassos o pensamento curva
na magreza de um guru
nos vincos que a pele deixa sobre os ossos
a simbiose da miséria das forças do pulso
o corpo comparado a um eletrodoméstico
mas a energia que carrega é eléctrica
por isso se destina apenas a ser rentável
tenho viajado de olhos abertos
fusões espaciais de antagonismos profundos
para me debater com a imortalidade das palavras
a folha passagem num caminho de pó
uma enorme pira de lenha que depois de ardida
se converte em finas plumas de adubo
mas que adubei eu na minha vida?
uma dentadura postiça para proferir esses vocábulos
que nos trazem retratos de outrora
porque o tempo escrito haverá sempre de ser convertido
em novas e velhas agonias e horas muitas horas
para retratar esses passadiços frágeis
onde nessa espécie de dueto
nesse tal de improviso nos convertemos
em chama de verão eterno
retorno del ritmo
se abre una caja de espejos
con la delicadeza de un elefante
con la parálisis de una convulsión parturiente
los primeros pasos de masturbación
los primeros calores de alquimia
que la muerte afirma por carencia absoluta
extinguir
el mundo cerrado al superhombre
el susto inseparable cuando él se encuentra solo
porque tenemos guerreros dentro del pecho
quienes, hace mucho, arrimaron las armas
porque tenemos la furia de los días más largos
y es la natura, ella misma, quien baila
un tango cojo por el alfiler rojo del zapato
aprietas con brazos curvos una presencia
holograma de inestables fuerzas
aprietas en ese último momento la eternidad
flagrante en el soplo perverso
como si fuésemos un espíritu errante sin techo
noches de sueños con cuchillos, y huidas, y miedos
había ropa manchada, figuras destorcidas
réplicas de partes de gente
y umbrales de fronteras, como si hollásemos
las aristas de un cubo resbaladizo
echado a la oscuridad
echado, o girando lentamente sobre sus vértices
el universo — amplo atrio de un imaginario balneario
dentro de un ensueño, pero no dentro
en el umbral, en el umbral
una especie de siniestro enfermo
rebélate, rebélate contra esas paredes de ningún sitio
¿recuerdas lo que nos bombeaba en el pecho?
en el equilibrio de las especies de contradicción
los hilos que nos separan de la devoción a un cualquier fin
llegué tibia a la mañana que me trajo de vuelta
con el sabor de una hipoteca, un robo, un atraco
en la lengua la saliva seca de la ruina
cuando todo perece en un enigma
y, en el más exótico de los compases, el pensamiento encorva
en la magrez de un gurú
en los pliegues que la piel deja sobre los huesos
la simbiosis de la miseria de las fuerzas del pulso
el cuerpo como un electrodoméstico
con la energía que porta siendo eléctrica
por ello se destina sólo a ser rentable
tengo viajado de ojos abiertos
fusiones espaciales de antagonismos profundos
para debatirme con la inmortalidad de las palabras
la hoja, pasaje en un camino de polvo
una enorme pira de leña, que, ardida
se convierte en finas plumas de abono
pero ¿qué he abonado yo en mi vida?
una dentadura postiza para proferir esos vocablos
que nos traen retratos de otrora
porque el tiempo escrito siempre habrá de ser convertido
en nuevas y viejas agonías, y horas, muchas horas
para retratar esos pasadizos frágiles
donde, en esa especie de dueto,
en ese tal «de improviso», nos convertimos
en llama de verano eterno
Tradução por Duarte Fusco
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