segunda-feira, 30 de março de 2020

caleidoscópio viral / caleidoscopio viral




aos novos habitantes da casa
são servidas asas e túnicas de branco
um apartamento húmido enjoado de amor
e lá fora as ruas sempre invernosas
na cabeça flores de cerejeira secas
há um prolongamento das coisas mortas
silhuetas que chamam dos bosques
e poentes cambiados por curvas de telhado
a cidade na sua concha adormecida
quartos de luz e espectros lânguidos
o sol furtivo traz a dor da clausura
os novos habitantes da casa saíram com pressa
e a saque só a chuva escorrega e baloiça
quando as paredes apertam e a vida amanhece
produto de um ciclo fechado
ciclos de tempos prolongados de si mesmos
concebida a natureza mais trágica
sentados nas nuvens um par de velhos joga xadrez
vigiados por dois cães gigantes devoradores
morrendo de amor perfeito o pesadelo surrealista
para o encanto exótico que toca o sobrenatural
almofadas de alfazema e lenços bordados
lâminas de paisagem que vista ao microscópio
tem a forma das cavernas do coração
ou de um opúsculo de poemas sôfregos
é também com a tristeza de passaporte sem carimbo
que vem cair nas redes uma noite de automatismo
fuzilada pelo lado de dentro
os espelhos que forram as paredes tomam essas paredes
a cama reveste-se de penas de ave exausta
e os olhos das crianças de larvas e moscas
a rua essa velha passadeira em decomposição
para o homem que se estripa vivo
a rua essa velha passadeira vermelha
para os pântanos da miséria humana
quente como o próprio estio o inferno
vestido do seu próprio corpo com porções de vida e obra
denso de orvalhos que nascem sem expiação
é com o cotovelo apoiado na varanda
e o desejo de comunicar o pensamento
na madrugada desse começo
antes do despertar das aves
que se glorifica a perfeição do deus que está por nascer
e tudo o resto são horas por entreter

nesses espelhos de quartos de pessoa
a cidade parte de nós
o homem regressa a um ventre adulto e bafiento
numa espécie de visão prismática
imagens diferentes para o mesmo rosto mortal
acende um cigarro e senta-se na beira da cama
já não sabe se há-de cumprir as rotinas ou queimá-las
com a fúria de versos recitados em dias de loucura
mas o poeta fala de um amor tão antigo
estranho e ambíguo esse livre em clausura
esse perpétuo esgotamento e complexo
- entro tristemente no terraço da mente
para contemplar infinitos outros terraços pela frente
e nem o voo das aves agora livres dos homens
me pode distrair o pensamento
por isso escrevo cartas de amor ao tempo
abro as persianas arejo os quartos inspiro almas
e procuro levantar-me para assumir a estratégia
do próximo movimento do tabuleiro


e vem como carícias do vento agora mais fresco
o grande respeito pelo tempo vivido
essa espécie de agonia pelo agora
tem o itinerário das nuvens que carregam o par de velhos
e débitos mundanos
porque a loucura tem sempre alimento
e o gosto da especulação metafísica
as pessoas sentam-se inclinadas nas varandas
baloiçam as pernas como faziam as crianças
que muito dormiam e tão mais sonhavam
agora há muito tempo para depois
nesse sarcófago de móveis tubulares e vitrais
agora todas as palavras são virais





caleidoscopio viral

a los nuevos habitantes de la casa
les son servidas alas y túnicas de blanco
un apartamiento húmedo, mareado de amor
y, allá fuera, las calles siempre invernizas
en la cabeza flores de cerezo secas
hay un prolongamiento de las cosas muertas
bultos, quienes llaman des los bosques
y ponientes cambiados por curvas de tejados
la ciudad en su concha dormida
cuartos de luz, y espectros lánguidos
el sol furtivo aporta el dolor de la reclusión
los nuevos moradores han dejado la casa aprisa
y, a saco, solo la lluvia desliza y balancea
cuando las paredes constriñen y la vida amanece
producto de un ciclo cerrado
ciclos de tiempo prolongados de sí mismos
concebida la natura más trágica
sentados en las nubes un par de ancianos juega al ajedrez
vigilados por dos canes gigantes devoradores
muriendo de amor perfecto la pesadilla surrealista
para el encanto exótico que toca el sobrenatural
almohadas de alhucema y pañuelos bordados
láminas de un paisaje que, visto con microscopio
tiene la forma de las cavernas del corazón
o de un opúsculo de poemas ávidos
es también con la tristeza de un pasaporte sin sello
que viene a caer en las redes una noche de automatismo
fusilada por el lado de dentro
los espejos que recubren las paredes toman esas paredes
el lecho se reviste con plumas de aves exhaustas
y los ojos de los críos con gusanos y moscas
la calle, ese viejo paso en descomposición
para el hombre, quien se destripa vivo
la calle, ese viejo paso rojo
para los pantanos de la miseria humana
caliente como el mismo estío, el infierno
vestido con su propior cuerpo, con porciones de vida y obra
denso de rocíos que nacen sin expiación
es con el codo apoyado en la barandilla
y con el deseo de comunicar el pensamiento
en la madrugada de ese inicio
antes del despertar de las aves
que se glorifica la perfección del dios, quien está por nacer
y el sobrante son horas por entretener

en esos espejos de cuartos de gente
la ciudad parte de nosotros
el hombre regresa a un vientre adulto y mohoso
en una especie de visión prismática
imágenes distintas para el mismo rostro mortal
enciende un cigarrillo y se sienta en el borde de la cama
ya no sabe si ha de cumplir las rutinas, si quemarlas
con la furia de versos recitados en días de locura
empero el poeta habla de un amor tan antiguo
raro y ambiguo, ello, libre en reclusión
ese perpetuo agotamiento y complejo
— entro tristemente en la azotea de la mente
para contemplar infinitas otras azoteas enfrente
y ni el vuelo de las aves ahora libres de los hombres
puede distraerme el pensamiento
por ello escribo cartas de amor al tiempo
abro las persianas, aireo las habitaciones, inspiro almas
y busco levantarme para asumir la estrategia
del próximo movimiento en el tablero

y viene, como caricias del viento, ahora más fresco
el gran respeto por el tiempo vivido
esa especie de agonía por el ahora
sigue el itinerario de las nubes que cargan el par de ancianos
y débitos mundanos
porque la locura encuentra siempre pábulo
y posee el gusto de la especulación metafísica
la gente se sienta inclinada sobre las barandas
balanceando las piernas como hacían los críos
quienes mucho dormían y aun más soñaban
y se hallan hoy, y de largo
en ese sarcófago de enseres tubulares y vitrales
ahora todas las palabras son virales


Tradução Duarte Fusco

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